Flora y fauna de la época cenozoica

 Flora de la era cenozoica

La característica principal de la flora durante la era cenozoica fue el desarrollo de los árboles de fronda y de las plantas fanerógamas. Aparte, se produjo la aparición de una gran variedad de especies vegetales con características que permitieron una rápida adaptación al entorno.

Los homínidos se aprovecharon de la existencia de árboles frutales, palmas y leguminosas, que les ofrecían alimentos fáciles de obtener.

Aumento de la diversidad

Como ocurrió con la fauna, el Cenozoico supuso un gran cambio en las variedades de flora con respecto al Mesozoico previo. Muchas de las plantas eran angiospermas, con flores, que permitían una expansión mucho mayor.

Un aspecto que marcó la flora de ese periodo fue el clima. Este empezó a diferenciarse por zonas del planeta haciendo que lo mismo ocurriera con árboles y plantas. Nacieron así las variedades locales de cada especie.

Algunas se adaptaron a las áreas más frías, mientras que las de hoja perenne eran más comunes en los trópicos y zonas cercanas.

Fauna de la era cenozoica

Tal y como se explicaba antes, los cambios en la fauna durante el Cenozoico fueron muchos y muy importantes. La era había comenzado con la extinción masiva causada por un meteorito. No solo los dinosaurios desaparecieron del planeta, sino también otras muchas variedades animales.

Buena parte de esta extinción fue provocada por los efectos de la caída de ceniza y polvo en la atmósfera. El polvo que se levantó al aire impidió que la luz del sol alcanzara el suelo, matando primero a muchas plantas. El resultado fue que toda la cadena alimenticia se desequilibró y casi el 75% de la vida desapareció de la Tierra.

Al llegar el Cenozoico, y con los grandes dominadores desaparecidos, se produjo una gran diversificación de las formas de vida. Fueron los mamíferos los que evolucionaron más eficientemente hasta dominar el planeta.

Por su parte, la ampliación de los océanos también tuvo su efecto en la fauna marina. En este caso, proliferaron ballenas, tiburones y otras especies acuáticas.

Mamíferos

Los números bastan para darse cuenta de cómo los mamíferos sustituyeron a los grandes saurios como los animales más importantes. Al iniciarse el Cenozoico, tan solo existían 10 familias de mamíferos. En solo 10 millones de años, poco a escala evolutiva, pasaron a ser 80.

Respecto a los mamíferos modernos, muchos de ellos aparecieron en el Oligoceno, hace entre 35 y 24 millones de años. La mayor diversidad se dio hace entre 24 y 5 millones de años, en el Mioceno.

El ser humano

El animal que estaba llamado a convertirse en el auténtico dominador de la Tierra apareció también en esta era. Se trata del género Homo, que evolucionó hasta convertirse en el Homo sapiens, el ser humano moderno.

Los primeros homínidos datan del Plioceno. No se trató de una evolución lineal, sino que aparecieron diferentes especies. Algunas tenían relaciones filogenéticas (descendían las unas de las otras), pero también las hubo independientes.

El Australopithecus, el Homohabilis o el Homoerectus son algunos de estos antepasados humanos. Al principio eran cuadrúpedos, pero con el tiempo se convirtieron en bípedos. Igualmente, perdieron el pelo y comenzaron a fabricar herramientas.

Uno de los momentos más importantes en esta evolución, de acuerdo a los expertos, fue la introducción de mayores cantidades de carne en la dieta. El aumento del consumo de proteínas y nutrientes de más calidad hizo que la capacidad cerebral creciera, haciendo a los homínidos más inteligentes.

El Homo sapiens apareció hace unos 200.000 años, aunque aún tendría que pasar mucho más tiempo para que aprendiera a comunicarse y a desarrollar comunidades culturales y de convivencia.

 













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